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Pocos saben que la charrería es el deporte nacional de México. Y el pasado diciembre, también fue proclamada por la UNESCO un Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Según la Unesco, este tipo de nombramiento se otorga a toda tradición o expresión cultural heredada de nuestros antepasados y transmitida a nuestros descendientes, tales como: tradiciones orales, usos sociales, rituales y actos festivos; además de conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, así como saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional. Por tanto, es visto como un depósito de la diversidad cultural y la expresión creativa, así como una fuerza motriz para las culturas vivas.

En la actualidad, y como resultado de la globalización, este tipo de tradiciones se encuentran en peligro debido a la transformación social de la que es victima cada uno de los pueblos del mundo; y es por eso que con esta declaratoria la Unesco alienta a las comunidades a proteger y promover ese patrimonio.

La Charrería se integra a tradiciones mexicanas de gran importancia que son consideradas representativas de nuestro país y relevantes para la cultura mundial.

La importancia del patrimonio cultural inmaterial estriba en el acervo de conocimientos y técnicas que son transmitidas de generación en generación. En este caso, la Charrería se integró gracias a que se consideran un medio que transmite valores sociales como el respeto y la igualdad entre todos los miembros de la comunidad contribuyendo a la cohesión social.

Con esta declaratoria, México se convierte en el país de América Latina con más inscripciones en la lista de patrimonios de la Unesco, entre las que se encuentran: la festividad del Día de Muertos y el Mariachi.

Breve historia Tiene su origen en el estado de Hidalgo, pero no fue sino hasta después de que la Reforma Agraria terminara con las grandes haciendas y que muchos de sus hacendados y allegados se asentaran en ciudades como México y Guadalajara que se formalizó como deporte. Pues ya lejos de su hogar, se comenzaron a reunir para realizar actividades basadas en la tradición ganadera que habían dejado atrás.

La Asociación Nacional de Charros A.C. se funda en junio de 1921, surgiendo así la Charrería, tal y como la conocemos ahora y convirtiéndose en el único deporte nacional.

Algunos tipos de suertes Charras

Cala. Consiste en lograr que el caballo se frene en un solo tiempo después de galoparlo a toda velocidad, además de hacerlo girar en una sola pata. Piales. Se debe de detener a una yegua lazándola de la parte trasera. Colas. El charro montado en su caballo debe de tomar por la cola al toro y derribarlo. Jineteo de toro y yegua. El jinete debe de montar a un toro o yegua, y permanecer sobre él hasta calmarlo. Terna en el ruedo. Tres charros lazadores montados a caballo y en una condición de equipo deberán lazar a un toro, pialarlo y derribarlo. Manganas a pie o a caballo. Un charro situado en cualquier lugar del ruedo debe de lazar la parte delantera del caballo y derribarlo.

Curiosidades

Actualmente la Charrería es considerada reserva del Ejército en la rama de caballería. Es el único deporte en el cual pueden quedarse a deber puntos. Los charros no perciben sueldo por actuar. Las "suertes" son llamadas así porque el éxito de la ejecución depende en gran parte de la voluntad del toro, caballo o yegua con la que se realicen. Durante sus viajes, Maximiliano de Habsburgo gustaba de la vestimenta charra y de la compañía de la que llamaba "gente de a caballo".

Charros del cine mexicano y sus películas

Eulalio González "Piporro". La Valentina y Me gustan valentones. Miguel Aceves Mejía. Cartas a UfemiaCuatro copas. Antonio Aguilar. La cama de piedraAlbur de amor. Tito Guízar. Allá en el rancho grande y El ranchero audaz Pedro Armendáriz. Enamorada y Flor silvestre. Pedro Infante. Los tres García y Los hijos de María Morales. Luis Aguilar. Bendito entre las mujeres y Primero soy mexicano. Jorge Negrete. Dos tipos de cuidado y Me he de comer esa tuna.

La noticia "La Charrería, Patrimonio Cultural de la Humanidad" fue publicada originalmente en Revista Mira