Solo para ayudarnos a dimensionar la situación: en una encuesta patrocinada por la Alianza FIDO en Estados Unidos, la mayoría de los encuestados parecían haber pensado poco en la biometría para la autenticación de sus cuentas y aplicaciones en línea. A pesar de esa falta de conocimiento, la mayoría de ellos indicaron también que sería más probable que utilizaran un servicio en línea si este utilizara la biometría para implementar la autenticación de dos factores, también conocida como 2FA.
Entre otros beneficios, el creciente uso de la tecnología biométrica puede dificultar el robo de identidad y ofrecer, simultáneamente, una comodidad y seguridad sin precedentes a la hora de realizar tareas cotidianas como operaciones bancarias, compras o reservaciones de avión. La biometría es una tecnología que mide y analiza las características del cuerpo humano, como las huellas dactilares, los escaneos del iris, el reconocimiento de la voz y los patrones faciales.
Gracias a que garantiza que no haya dos personas con la misma huella dactilar o imagen del iris, hoy los bancos pueden ofrecer una experiencia amigable y sin riesgos a sus clientes, pues la mayoría de ellos en todo el mundo ya utilizan huellas dactilares para evitar que los usuarios intenten recordar o teclear contraseñas difíciles.
“Al contrario de lo que está en el imaginario común de muchas empresas, en comparación con los métodos tradicionales, la autenticación biométrica es increíblemente más accesible; sobre todo cuando consideramos que contribuye directamente a reducir los costos asociados al cumplimiento, a evitar fraudes y suplantación de identidad, además de múltiples ahorros en la emisión de nuevas tarjetas o cambio de información de las cuentas”, comentó Ricardo Torices, director de Productos Biométricos en DICIO.
La propia naturaleza de la biometría la convierte en una gran defensa contra los ciberataques:
- Proporciona una fuerte primera línea de defensa, ya que pueden proteger todo un sistema, no solo algunos puntos.
- Los datos biométricos no pueden perderse, olvidarse o ser robados como las contraseñas.
- Son mucho más difíciles de falsificar que las contraseñas (a menos que se roben datos biométricos comprometidos).
Y aunque, claro, también puede implicar algunas vulnerabilidades, tales como procesos de inscripción deficientes que producen datos y tasas de identificación de baja calidad, algoritmos mal implementados que proporcionan una capacidad de concordancia deficiente o fallos de hardware y software también pueden hacer que un sistema se vea comprometido. Por eso es importante siempre contar con verdaderos expertos y empresas totalmente apegadas al cumplimiento.
Al respecto, Miguel Angel Espinosa Rescala, CEO de DICIO, comenta: “DICIO cumple con los estándares de calidad de iBeta y es la primera empresa mexicana en lograr este estándar. El programa de certificación iBeta está considerado como uno de los más creíbles en cuanto a la calidad de los productos en las tiendas de aplicaciones de Apple, Microsoft y Google. Es relevante porque nos da el sello de calidad de nuestros productos, lo que nos distingue en América Latina y nos da la más alta credibilidad”.
En conclusión, si bien la biometría no es una bala de plata y no resolverá todos los problemas de ciberseguridad, pueden ser un componente para crear un sistema de ciberseguridad altamente eficaz, regido por el acrónimo CHEOPS: confianza, protección holística, privacidad, estándares abiertos y rendimiento.