La pandemia vivida en los últimos dos años llegó a cambiar diversos aspectos de la vida de las personas, entre ellos, factores relacionados con su salud. Se considera que uno de los mayores desafíos que ha dejado este fenómeno mundial es el aumento de cifras de desnutrición infantil.
La desnutrición es un trastorno alimenticio que afecta a más de 200 millones de niños en todo el mundo, se da por la falta total de alimentos o la carencia de calorías y de algunos nutrientes en el organismo.
Esta enfermedad suele ser muy común en los niños de todo el mundo desde su primer año de edad y se considera un factor de riesgo para su salud. Desafortunadamente, debido a conflictos como la pandemia por COVID-19, han aumentado los casos de desnutrición infantil.
Y es que, según un artículo de la organización mundial, Save the Children, se estima que este año dos millones de menores de cinco años morirán por causas relacionadas con el hambre tras la pandemia, siendo este uno de los mayores desafíos de la población infantil.
Asimismo, Mauro Brero, jefe de Nutrición de Unicef en México, explica que la inseguridad alimentaria antes de la pandemia alcanzaba al 20% de la población mexicana, ahora, al 50%, siendo los niños los más vulnerables dentro de esta cifra, pero, ¿cómo es que la pandemia logró impulsar considerablemente la desnutrición infantil?
La respuesta radica en los conflictos económicos que ha dejado la pandemia en los países y las consecuencias de dichos escenarios relacionados con la desnutrición, como la reducción de ingresos y la pérdida de empleos que aumentan la inseguridad alimentaria, el alto costo de los alimentos, la falta de una dieta saludable entre la población y la disminución en los servicios de nutrición.
Sin duda, la desnutrición infantil es un grave problema hoy en día y para poder enfrentarla es necesario conocer sus tipos y las consecuencias que traen a la salud de los niños.
Tipos de desnutrición infantil
Al contrario de lo que se conoce comúnmente, la desnutrición no solo implica la pérdida considerable de peso, sino diversas consecuencias que conllevan desde la generación de enfermedades, hasta la muerte.
Existen 3 tipos de desnutrición que marcan la diferencia entre sus señales en el organismo de los infantes y los riesgos en su salud:
- Desnutrición aguda grave o severa: es la forma más común de desnutrición y es necesaria la atención médica urgente cuando se presenta. Es notoria a través del peso, ya que se registra muy debajo del estándar para la altura del niño y el perímetro de su brazo. Este tipo de desnutrición altera todos los procesos vitales del organismo y hay un elevado riesgo de mortalidad.
- Desnutrición aguda moderada: se puede observar su aparición a través del perímetro del brazo, es decir, cuando este está por debajo del estándar. Es necesario un tratamiento inmediato para que la desnutrición no avance y existan complicaciones en la salud del niño.
- Desnutrición crónica: se presenta en el retraso en el crecimiento del niño y se mide de acuerdo a la relación entre su talla y edad. Este tipo de desnutrición se basa en una carencia de nutrientes necesarios durante un tiempo prolongado y llega a provocar un retraso físico y mental durante el desarrollo del niño, mismo que puede ser irreversible si no se atiende a tiempo.
Acciones para disminuir la desnutrición
Actualmente existen empresas y organizaciones que trabajan para disminuir las cifras de desnutrición infantil a través de la producción y comercialización de productos necesarios para tratar esta enfermedad.
Un ejemplo de ellas es Maternova, una empresa que brinda soluciones de salud como la venta de equipo médico a empresas y otros productos que ayudan a preservar la nutrición de los pacientes.
Otro tipo de organizaciones participan en este importante objetivo para la disminución de casos de desnutrición infantil a través de movimientos dinámicos, como sesiones de actividad física, talleres de “Alimentación Saludable”, entrega de paquetes de alimentos, entre otros.
Cuidar de la salud de los más pequeños es una gran responsabilidad y enfermedades como la desnutrición sí son posibles prevenirse y tratarse a tiempo con buenas prácticas médicas, equipos y tecnología eficaz, y por supuesto, una buena alimentación desde el primer día.