Guillermo Rebolledo, fanático y amante del arte, ha desarrollado durante todos estos años gran empatía por las figuras y personajes fantásticos, mismos que se ven plasmados en sus más de 400 obras a través de sus lienzos y colores.
Al ir evolucionando como artista, Guillermo resalta sus dotes artísticos, mayormente empíricos, y plasmándolos fuera de pinceles y colores, por lo que empezó a experimentar con la escultura en bronce.
Pintar y esculpir siempre han sido su foco principal, desde iniciar con moldes de plastilina o migajón, dependiendo de la motivación la inspiración puede ser variada de acuerdo al sentimiento y la visualización del concepto.
Su método de creación de las esculturas es el tradicional, en donde se empieza por modelar sobre arcilla, plastilina o barro, dependiendo el tamaño, posterior a eso se trabaja el molde con silicón y al estar listo se vacía la cera para después iniciar el proceso de fundición (cera perdida), que al dejar enfriar queda la obra completamente terminada. Ahora, las obras pueden ser armadas tipo rompecabezas por el tamaño y/o complicado del mismo, por lo que al ser por partes, se sueldan, se quitan las rebabas y se hace el proceso del patinado (soplete y ácido) para dar a la obra la tonalidad deseada.
La mayoría de sus obras de cobre tiene su origen en sus pinturas, por lo que para Guillermo, el transportar imágenes en lienzo a esculturas 100% materializadas dan pie a un contacto mucho más tangible de su fantasía y exhorta a enaltecer de nueva cuenta a los gallos somo símbolo de grandeza y como guardianes poderosos que influyen en la lectura completa de la obra.
Actualmente está trabajando en obras mucho más modernistas, dejando poco a poco atrás el tema realismo fantástico con el que se ha venido manejando.
La colección de bronce de Guillermo cuenta con 200 piezas, (en donde la más grande tiene una altura aproximada de 4 mts. y un peso de entre las 3.5 y 4 toneladas, y su obra más pequeña de 30 cms. con un peso de entre los 3 y 5 kilos como máximo) visualizando y explorando partes sensibles como el cuerpo humano y su belleza, la valoración del ser humano como personaje fantástico/terrenal y único en el universo, así como a el gallo y su presencia omnipresente en cada toque que Guillermo aplica en su arte.