El desarrollo de la agricultura, la pesca y la ganadería es indispensable para superar la pobreza e impulsar a México como una potencia alimentaria, a nivel global. Por ello, este miércoles me reuní con dirigentes de organizaciones nacionales de productores rurales, para reafirmar mi compromiso con el campo.
Ahí firmamos Convenios de Coordinación con las Entidades Federativas, con un presupuesto de más de 14 mil 500 millones de pesos. Esta cifra es 21% superior a la de apenas el año pasado. Estamos convencidos de que la suma de esfuerzos, entre gobiernos, es esencial para lograr un campo productivo, rentable y sustentable.
Como parte de la Política Agroalimentaria Nacional, buscamos transitar de un enfoque asistencialista a una visión moderna del campo mexicano; con incentivos a la productividad y políticas públicas diferenciadas, de acuerdo al nivel de desarrollo de los productores.
Pero, sobre todo, requerimos de una profunda Reforma del Campo, que lo ponga al día y lo haga más competitivo, a la vez que promueva el desarrollo integral y sustentable de las comunidades rurales. Nuestra prioridad es modernizar y actualizar el marco normativo, para brindar mayor certidumbre legal y, al mismo tiempo, lograr una mayor eficiencia y eficacia de las políticas públicas agropecuarias.
Estoy seguro que juntos, vamos a construir el nuevo rostro del campo mexicano; un campo justo, productivo, moderno, rentable y sustentable. Frente a los retos del siglo XXI, necesitamos un nuevo campo para México.