Los Pueblos Mágicos de México se han convertido en un segmento de mercado turístico para nacionales y extranjeros que gustan de disfrutar las tradiciones, gastronomía, artesanías, la arquitectura y todo lo que envuelve la cultura mexicana. Tula, en Tamaulipas se ha convertido en un destino de excelencia que mueve alrededor de 50 mil visitantes al año.
Tula fue declarado Pueblo Mágico el 20 de octubre del 2011 y a partir de esa fecha el trabajo de promoción del Gobierno de Egidio Torre Cantú en coordinación con el Gobierno Municipal, la participación de los prestadores de servicio y el interés de los ciudadanos, incrementaron en un 133 por ciento la afluencia de visitantes.
De acuerdo con datos del 2010, era de poco más de 3 mil personas; en el 2011 alcanzó los 7,322; mientras que en el 2012, el incremento fue considerable con 46,659 visitantes y el 2013 rebasó los 53 mil.
Con la proximidad del periodo de Semana Santa 2014, la Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo, convoca a la sociedad a disfrutar el color, aroma y tradiciones de Tula, uno de los 83 Pueblos Mágicos del país que ofrece a los visitantes la calidad de sus servicios, así como la hospitalidad y la calidez que caracteriza a sus habitantes.
Para esta Semana Mayor 2014, se ofrecen diferentes atractivos para los visitantes nacionales e internacionales, en donde se estableció una estrecha coordinación estatal y municipal en la organización de un festival cultural, así como actividades deportivas y artesanales, una exhibición de fotografía de Tula, aves de la Reserva de la Biosfera el Cielo y una exposición de los dinosaurios que albergan en el Museo Tamux, sin dejar pasar la exquisita gastronomía típica del lugar.
Estas actividades se realizarán del 13 al 20 de abril, en donde se programó también el Concurso a la Mejor Capirotada, una muestra gastronómica de menús propios de Semana Mayor, un taller de papalotes para niños, se inaugurará la tirolesa de 200 mts, se convocó al really de astucia, exposiciones de artesanías y concurso de arrancones todo terreno.
Tula se encuentra ubicada al suroeste del Estado de Tamaulipas, fundado desde 1617. Es un destino turístico que invita a recorrer la historia del Estado, al conservar su cultura en sus 498 construcciones coloniales consideradas monumentos históricos, por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pero su historia está enriquecida por un catálogo de más de 1500 edificios construidos antes de 1900.
En este Pueblo Mágico, es obligado un recorrido por sus calles empedradas, en donde a unos pasos está el Templo de San Antonio de Padua, considerada como la segunda iglesia más antigua de Tamaulipas, y por supuesto que, la Casa de las Artes llamará nuestra atención por su construcción de dos plantas de estilo neogótico.
Los vestigios arqueológicos y parajes naturales completan la experiencia en el Pueblo Mágico de Tula. Ahí entre la historia está la pirámide El Cuitzillo, que algunos arqueólogos afirman que pertenece a la cultura Huasteca y data del año 64.
Y para el relax, las cascadas de La Parida, en el ejido Juan Sarabia y la alberca natural del ejido Gallos Grandes, que son un sitio ideal para acampar y realizar un lindo día de campo. Para los que gustan de la naturaleza, las impresionantes estalactitas y estalagmitas en el ejido 16 de Septiembre, cerrarán este viaje inolvidable al pasado.
En la gastronomía destacan las famosas “Enchiladas Tultecas” hechas con tortilla roja, que son un exquisito platillo obligado a probar, además del cabrito, el asado de puerco y el tradicional bistec ranchero. También es un deleite para el paladar los dulces regionales y nieves elaborados con frutas del cactus de la región semidesértica del altiplano tamaulipeco como el garambullo, la tuna, el granjeno, la pitaya y el mezquite que son ofrecidos en los alrededores de la Plaza de Armas y el Centro Histórico.
Tula es también conocida como la cuna de la cuera tamaulipeca. Tiene una gran variedad de artesanos que se dedican a elaborar diversos productos como sillas y canastas de ixtle, la simbólica cuera y la alfarería que guarda sus características tradicionales en su producción de barro.
La suma de esta riqueza gastronómica, diversión e historia complementan un viaje lleno de experiencias para satisfacer a todos los visitantes.