Las enfermedades del corazón son muy frecuentes y comúnmente silenciosas, por lo que es importante prevenir su aparición. Algunas de las acciones que se pueden llevar a cabo para evitarlas son realizar actividad física y tener una mejor alimentación, en este ámbito se encuentra el amplio beneficio que ofrecen las semillas en el cuidado del corazón.

Las semillas a las que nos referimos están cubiertas por una cáscara más o menos dura de acuerdo con la especie, agrupan a las almendras, avellanas, nueces de macadamia, nueces de la India, nueces de anacardo, nueces de Castilla, piñones, pistaches, cacahuates, semillas de girasol, semillas de calabaza (pepitas), castañas, entre otras.

Son fuente de grasas “buenas” (insaturadas), fibra, arginina, minerales (potasio, calcio y magnesio), vitaminas (folatos, niacina y vitamina E), otros componentes antioxidantes como fitoesteroles y polifenoles; además, por ser de origen vegetal no aportan colesterol.

Diversos estudios han mostrado que el consumo de este tipo de semillas posee un efecto benéfico sobre las enfermedades del corazón y sus biomarcadores intermedios como el colesterol en sangre, oxidación, disfunción endotelial, hiperglucemia y resistencia a la insulina.

Por lo tanto, podemos obtener protección contra los padecimientos cardiovasculares al sustituir los productos ricos en grasas saturadas (provenientes de alimentos de origen animal principalmente) por semillas ricas en grasas “buenas”; de esta manera se obtiene la misma cantidad de energía, además de los beneficios de este tipo de grasas, como reducción de colesterol en sangre, regulación de la presión arterial, vasodilatación de venas y arterias, con el plus del efecto antioxidante y la sensación de saciedad que brindan las vitaminas y la fibra que contienen.

Se ha observado que las personas que consumen semillas 5 veces o más a la semana tienen una reducción de 51% de riesgo de infarto de corazón.

Asimismo, su consumo se asocia con un índice de disminución en la masa corporal, circunferencia de cintura, obesidad abdominal y menor prevalencia del síndrome metabólico, al ser comparado con los no consumidores.

Pero si resulta difícil saber cuántas semillas se deben consumir, la FDA (Food and Drug Administration) concluyó en 2003, que para la mayor parte de las personas el consumo de 43 g por día de semillas (como parte de una dieta baja en grasas) puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón.

Ahora que conoces sus beneficios debes saber que incluirlas en tu alimentación es muy sencillo al haber una amplia variedad de éstas; pueden participar como ingrediente en la elaboración de algún platillo, formar parte de tus ensaladas o ser una colación de media mañana o tarde. La elección es tuya, ¿cuál disfrutarás hoy?