Las tradicionales fiestas del Chul, en Ozuluama, iniciaron este miércoles y concluyen el próximo domingo; se trata de una celebración en la que por generaciones, los hombres jóvenes de las familias de la Huasteca veracruzana danzan ataviados con indumentaria indígena por las calles de la ciudad.

Caracterizados como la muerte y el comanche, los lugareños recrean una de las danzas derivadas de la evangelización en La Colonia. Durante las fiestas se elige a la reina de la feria y se llevan a cabo eventos deportivos, artísticos, culturales y muestra gastronómica local y artesanal, entre otras actividades.

Cabe destacar que en la carretera Tampico-Tuxpan, a la entrada de Ozuluama, se encuentra una enorme estatua representando al Chulero, símbolo de la cultura y el folclore de la Huasteca veracruzana.

Danzas de conquista, que representan una lucha entre el bien y el mal, cuyos orígenes se encuentran en la conquista espiritual, fueron originalmente impuestas como la representación de la lucha entre moros y cristianos, estos fueron reemplazados por los indios infieles y, en algunos casos, como la Danza del Chul, en una lucha entre las fuerzas del mal y el bien.

Los festejos forman parte de la identidad y el folclore huasteco y se remontan a la época prehispánica, relacionándose con los ciclos de las cosechas; según el investigador Arturo Warman, las danzas de conquista se realizan en buena parte del territorio nacional, tanto en el litoral del Pacífico como en estados del centro del país, incluidos Puebla y Veracruz.

Warman comenta que las danzas de conquista tienen sus orígenes en España; aunque pierden su sentido épico y carácter guerrero, conservan su valor religioso y adquieren con el tiempo personajes chuscos y populares. Las primeras manifestaciones de éstas son en México, en 1524 se realizan las primeras en Coatzacoalcos para recibir a Hernán Cortes, según testimonio de Bernal Díaz del Castillo.

En Ozuluama, las danzas del Chul se llevan a cabo en honor a la Asunción de la Virgen María, y los grupos se reúnen y congregan en la iglesia y en el parque principal Teodoro A. Dehesa, así como en barrios, colonias y domicilios particulares, en una fiesta colectiva donde participa toda la ciudad y sus habitantes, congregándolos a lo largo de los cuatro días que dura el encuentro.

El encuentro se realiza bajo el lema Vivamos la fiesta del Chul, patrimonio cultural de nuestro pueblo huasteco, reuniendo así a los lugareños, visitantes y turistas que cada agosto acuden a este rincón de la Huasteca para vivir una de las tradiciones dancísticas más ancestrales de México.