La estudiante de la maestría en Energías Renovables de la Universidad Politécnica de Chiapas (Upch), Lina Dafne Sánchez Corzo, desarrolla un proyecto de sustentabilidad energética para la producción de biogas, con el objetivo de aprovechar los residuos agroindustriales de frutas y verduras que se producen en el estado, como son el plátano, mango, papaya, jitomate, cebolla y lechuga.
En entrevista, Sánchez Corzo explicó que los residuos agroindustriales se pueden aprovechar por digestión anaerobia, generando biogas como fuente energética y un remanente, que al no ser fácilmente biodegradable, es factible de tratarse por Procesos Avanzados de Oxidación (PAO’s), que son efectivos en la eliminación de contaminantes orgánicos persistentes, generando oxidantes fuertes para destruirlos.
Cabe destacar que la digestión anaerobia es un proceso biológico, en el que la materia orgánica, es transformada a biogas (metano 50–70 por ciento y dióxido de carbono 30–40 por ciento) a través de la acción de microorganismos específicos en ausencia de oxígeno.
Dafne Sánchez detalló que la finalidad de la investigación es evaluar la eficiencia general de metanización de desechos hortofrutícolas acoplado con un pos-tratamiento de los efluentes con oxidación avanzada; por ello, se trabaja con plátano, mango, papaya así como con una mezcla en partes iguales de jitomate, cebolla y lechuga para producir biogas.
Señaló que esos sustratos se mezclan en reactores anaerobios, en donde se le proporciona un inóculo (lodo extraído de una planta de tratamiento de aguas residuales), en el que vienen todas las bacterias que ayudan a que se lleve a cabo el proceso, se le adiciona agua, dejando a una temperatura de 35 a 37 grados tapado herméticamente.
“Las bacterias empiezan a consumir esa materia orgánica que hay dentro, después de un tiempo se empieza a producir gas que se llama biogas, el cual se puede cuantificar con un equipo y podemos contabilizar la cantidad de gas que se puede quemar como combustible, como energía eléctrica después de una transformación”, agregó.
Por su parte, el asesor del proyecto, Sergio Pérez Fabiel, señaló que la opción es proveer de una alternativa energética, la cual consiste en el desarrollo de energías renovables que permite el reemplazo gradual de los combustibles fósiles y la producción de gas metano a partir de desechos.
En México, del cien por ciento de la producción de energía, las energías renovables representan el siete por ciento hasta 2011, de éste porcentaje la energía de la biomasa ocupa el 3.8 por ciento. La biomasa es la materia orgánica proveniente de árboles, plantas, desechos de animales, residuos urbanos y agroindustriales que pueden ser convertidos en energía.
De acuerdo a datos estadísticos, en Chiapas existe una fuerte actividad agroindustrial en donde se producen diversos cultivos cíclicos como maíz, frijol, sorgo, soya, cacahuate, ajonjolí; y cultivos perennes como café, cacao, caña de azúcar, mango, plátano, papaya y palma de aceite.
Cabe mencionar que como consecuencia de la intensa actividad agrícola, se generan anualmente entre 28 mil a 140 mil 160 toneladas de residuos agroindustriales de bagazo de la cosecha agrícola.
En Chiapas, los residuos agroindustriales han comenzado a ser aprovechados para la producción de metano por digestión anaerobia, ya que se ha reportado que este tratamiento representa una alternativa para la generación de energía renovable a partir de la reutilización de estos residuos orgánicos.