Tener la capacidad de desarrollar una motivación personal y emplearla para sostener nuestras acciones en lo que queremos permite tener éxito en la vida
Es la habilidad para transformar en acción nuestra voluntad y determinación hacia un objetivo claro y definido. Es ese proceso interno en el que una persona descubre, nutre y transforma una causa en acción sostenida hacia un resultado específico.
¿Cuántos de nosotros no conocemos el "famoso caso de aquella persona" que, con muchas limitaciones y frente a mil adversidades, logra los objetivos que se propone y construye una vida digna y "exitosa"? Obvio que la respuesta es compleja y no depende de un solo factor.
¿Qué diferencia a las personas que logran lo que se proponen de las que lo intentan sin lograrlo? ¿Qué hace que unos tengan "éxito" donde otros "fracasan"? Se sabe que el conocimiento, posición social o profesional, si bien influyen positivamente para lograr las cosas que deseamos, no son condicionantes ni determinantes. Por el contrario, también hay ocasiones en que aún y, "con la mesa puesta", los resultados pueden no llegar.
¿Qué es entonces, lo que define a la motivación y empodera las acciones para incrementar nuestro rendimiento? A continuación, se proponen 5 aspectos que pueden ser útiles para lograr lo que uno quiere.
Explorar la causa
Lo más importante es comenzar desde la perspectiva correcta. La causa es totalmente diferente a "desear algo". Mientras que un deseo consiste en anhelar algo "ajeno a nosotros" que esperamos obtener mediante la "influencia" de un agente "externo", una causa implica la apropiación de ese deseo para utilizarlo como una fuente de poder personal que nos motivará y definirá acciones para manifestarlo. La causa es el agente que "empodera" y da "cause" a las acciones para convertirse en los únicos responsables de conseguir lo que se quiere.
Aprender a observar
Es probable que, si no se ve la posibilidad de lograr algo que se desea para la vida, uno mismo haya creado la situación que origina dicha carencia. Si se pretende resolver un problema desde la misma forma de pensar/actuar con la que se originó, será prácticamente imposible llegar a una solución. Las personas que saben observarse a sí mismos, tienen la posibilidad de identificar y mejorar sus "áreas de oportunidad" Observarse y evaluarse constantemente es uno de los pasos más importantes, ya que a mayor conciencia de nuestras "fallas y aciertos", será mucho más fácil romper los viejos vicios y fortalecer los rasgos fuertes.
Explotar los rasgos fuertes
En muchas ocasiones, la forma de pensar en occidente tiende a orientar la atención a la corrección de nuestras fallas, en lugar de aprovechar y desarrollar las fortalezas. Al enfocar la atención en "perfeccionar" una "debilidad", se gasta mucha más energía que si se enfoca en trabajar una fortaleza. Así pues, atender nuestras debilidades se convierte en una prioridad hasta el punto en el que no sean un obstáculo para el uso de las fortalezas. Cabe mencionar que sustentar la causa en el aprovechamiento y desarrollo de las áreas fuertes derivará en resultados mucho más afines a cada uno y alimentará la motivación.
Sostener una actitud adecuada
La actitud correcta no solo se refiere a trazar metas de manera positiva, personal y presente, sino también a mantenerse consciente en la construcción de hábitos que ayuden a alcanzar las cosas que se quieren. Cabe mencionar que el desarrollo de hábitos es completamente diferente a establecer una rutina. Mientras que los hábitos son el fruto de una disciplina consciente orientada a obtener un resultado específico, la rutina es el resultado de un patrón de acciones de costumbre "inconscientes". Los hábitos tienen una causa y apuntan gradualmente hacia la meta (hacer ejercicio porque se desea ser sano), mientras que la rutina no (voy a ver televisión porque siempre veo televisión antes de dormir). En la medida en la que se mantenga la actitud correcta hacia las causas, se será más propenso a mantenerse motivado y lograr de manera consciente lo que se quiere.
Céntrate en actuar
El elemento más importante de la motivación es la acción. Si bien es muy importante tener muy claro lo que se quiere, enfocarse de más en los deseos y en la planificación para conseguir los mismos puede originar perderse en una burocracia personal que terminará por minar todo el proceso. Si la causa no alcanza el suficiente nivel de acción en un momento oportuno, la motivación con toda seguridad se desvanecerá.
El contenido de este post aparece por primera vez en Revista Merca2.0.